Los cazadores de tesoros han hecho recientemente un descubrimiento notable en Florida: un tesoro de 350 monedas de oro españolas del siglo XVIII que tiene un valor aproximado de 2,9 millones de libras esterlinas. Estos ejemplares han estado esparcidos por el fondo del mar atlántico durante los últimos 300 años, después de que se perdieran en una tormenta cuando 11 galeones españoles realizaban el viaje de Cυba a España. El descubrimiento es el segundo mayor hallazgo en Florida en los últimos meses, con cazadores de tesoros descubriendo alrededor de 50 monedas por valor de alrededor de $ 1 millón en julio.
A fines de julio, las 350 bobinas fueron sacadas a la superficie desde solo un metro de agua, enterradas bajo el agua, cerca de la orilla. De acuerdo con la ley estatal de EE. UU., Florida se quedará con el 20% del valor del hallazgo, mientras que el tesoro restante irá a Breÿt Brisbeÿ, quien posee los derechos de los barcos naufragados. William Bartlett, el buzo que descubrió las monedas, se negó a decir cuál sería su parte y dijo: «Solo soy un tipo en un bote que vive el sueño». Este descubrimiento incluye algunas piezas raras conocidas como “ocho escudos reales”, de las cuales solo se sabía que existían 20 antes de este último hallazgo. Estas monedas son muestras perfectas de acuñación de la época y fueron hechas por orden real para el rey de España, según el Sr. Brisbe. Es un descubrimiento significativo que podría proporcionar una gran cantidad de información histórica sobre la época, además de ser una gran ganancia financiera para los involucrados en el hallazgo. El descubrimiento de estas monedas de oro no está exento de controversias, ya que algunos argumentan que la recuperación del tesoro de los barcos hundidos es una violación del derecho internacional. Sin embargo, otros argumentan que esta es una forma de preservar y celebrar la historia, así como de brindar información valiosa y ganancias financieras. Este debate continúa, pero no quita la importancia del hallazgo, ni el entusiasmo y la pasión de quienes lo hicieron. En conclusión, el hallazgo de estas monedas de oro españolas es un hecho significativo en la historia de la caza del tesoro. El hecho de que hayan estado en el fondo del océano durante más de 300 años hace que el hallazgo sea aún más notable. El descubrimiento de estas monedas nos brinda información valiosa sobre el pasado, y su valor monetario garantiza que permanecerán en la conciencia pública durante muchos años. A pesar de los debates sobre la legitimidad de la búsqueda de tesoros, no se puede negar que se trata de una actividad emocionante y gratificante, tanto para los propios buscadores de tesoros como para aquellos que disfrutan de los frutos de su trabajo.