El agua es un componente crucial para sustentar la vida tal como la entendemos, pero su prevalencia en todo el universo es un tema de investigación para los astrónomos. Han estado explorando varias formas de agua, incluidos hielo, vapor y líquido, en diversos entornos cósmicos, como planetas, lunas, cometas y nubes interestelares.
Dos equipos de astrónomos hicieron un asombroso descubrimiento de agua en el espacio cuando identificaron la reserva de agua más grande y lejana jamás observada.
Un cuásar con sed de agua
En el centro de una galaxia se encuentra un agujero negro supermasivo que alimenta una poderosa fuente de luz y energía llamada cuásar. Alrededor de uno de esos cuásares, llamado APM 08279+5255, hay una enorme reserva de agua. Este quásar se encuentra a más de 12 000 millones de años luz de la Tierra, lo que significa que lo estamos observando tal como era cuando el universo tenía solo 1 600 millones de años. El agujero negro en el centro de este cuásar es 20 mil millones de veces más masivo que el sol y genera una salida de energía equivalente a mil billones de soles.
Los astrónomos utilizaron radiotelescopios para identificar la presencia de vapor de agua en el gas que rodea al cuásar. Esta molécula es importante ya que puede proporcionar información sobre la composición química y las condiciones físicas del gas. Los investigadores descubrieron que el vapor de agua se dispersa en una vasta área que abarca cientos de años luz alrededor del agujero negro. Además, tiene una masa equivalente a 140 billones de veces el volumen total de agua que se encuentra en los océanos de la Tierra.
Un ambiente que es a la vez denso y caluroso.
El vapor de agua presente en este quásar es distinto del agua con la que estamos familiarizados en la Tierra, ya que está increíblemente diluido y caliente, con una temperatura de aproximadamente -53 grados centígrados y una densidad 300 billones de veces menor que la atmósfera terrestre. A pesar de esto, en comparación con otras galaxias, este cuásar contiene un entorno significativamente más cálido y denso que está formado por la inmensa radiación y la atracción gravitatoria del agujero negro.
Además del vapor de agua, los investigadores también analizaron otras moléculas presentes en el gas, como el monóxido de carbono, para determinar la cantidad de gas disponible para alimentar el agujero negro. Basándose en sus cálculos, dedujeron que hay suficiente gas para soportar el crecimiento del agujero negro durante aproximadamente 40 millones de años, momento en el que sería seis veces su tamaño actual. Sin embargo, una parte del gas también puede utilizarse en la creación de nuevas estrellas o ser expulsado por los potentes vientos que se originan en el cuásar.
Este descubrimiento nos proporciona un vistazo al universo primitivo.
El descubrimiento de vapor de agua en este cuásar es significativo por varias razones. Implica que el agua es abundante en el universo, incluso durante las primeras etapas de formación y evolución de galaxias. Además, ofrece una rara oportunidad de estudiar los mecanismos químicos y físicos que ocurren en las cercanías de agujeros negros supermasivos distantes. Finalmente, plantea un desafío a nuestra comprensión de cómo se crea y persiste el agua en ambientes extremos.
Al utilizar los telescopios actuales y futuros, los astrónomos pretenden descubrir más instancias de depósitos de agua que rodean los cuásares y otros objetos celestes. A través del estudio del agua en el espacio, pueden obtener una comprensión más profunda de su origen, distribución y significado en la configuración de la progresión de las galaxias y la vida.