El Gran Agujero Azul desde el aire. Crédito de la imagen: Servicio Geológico de EE. UU. (USGS)
Los buceadores y los que practican esnórquel han estado navegando por las aguas superficiales durante décadas, pero muy pocos exploradores se han atrevido a aventurarse más profundo y explorar lo que hay en el fondo. El primer intento de cartografiar el agujero en su totalidad fue de Jacques Cousteau, quien en 1971 llevó su barco, el Calypso, al agujero para cartografiar sus profundidades. Sus investigaciones confirmaron su origen como una típica formación kárstica de piedra caliza, formada antes de la subida del nivel del mar.
En el invierno de 2018, una tripulación de Αquatica Submarines se aventuró al fondo del Gran Agujero Azul en un intento de mapear su interior. Hicieron algunos descubrimientos inesperados.
Cuando la tripulación comenzó el descenso, primero se encontraron con los sospechosos habituales: tiburones de arrecife, tortugas y corales gigantes. Pero cuando llegaron a los 90 metros, la vida comenzó a desaparecer. El culpable era una gruesa capa de sulfuro de hidrógeno tóxico que se extendía a lo ancho de todo el sumidero como una manta flotante.
Debajo de ese punto no hay oxígeno, no hay vida, solo un cementerio de caracolas y cangrejos ermitaños que se han caído al agujero y se han asfixiado. Cuando la tripulación se adentró más hacia el fondo del agujero, a unos 120 metros de profundidad, encontraron algo que no esperaban: pequeñas estalactitas. La sorpresa dio a los científicos pistas sobre el pasado antiguo del agujero.
Las estalactitas solo pueden formarse porque el agua gotea sobre la piedra. Por lo tanto, los científicos concluyeron que se trataba de una cueva grande y seca durante una era realmente prolífica en la Tierra, por lo que probablemente había muchas cosas viviendo en ella. Creen que la cueva se formó durante la última Edad de Hielo, que terminó hace unos 14.000 años, cuando el nivel del mar comenzó a subir. En ese momento, la cueva se inundó y colapsó, dejando atrás el Agujero Azul que vemos hoy. Los investigadores creen que otros sumideros marinos, como Dragon Hole en el Mar de China Meridional y Dean’s Blue Hole en las Bahamas, probablemente se formaron de la misma manera.
Mientras el equipo continuaba explorando el fondo del agujero, encontraron una botella de Coca-Cola de 2 litros y una GoPro perdida que contenía algunas fotos de vacaciones. Pero eso no fue todo. También se encontraron con dos de las tres personas probables que se perdieron en el Blue Hole. Sin embargo, decidieron que no intentarían ninguna recuperación. Está muy oscuro y tranquilo allá abajo, simplemente los dejan quedarse en su lugar de descanso eterno.
Aquí hay imágenes del descenso de la tripulación:
Los científicos predicen que el Gran Agujero Azul no estará disponible para siempre para explorar. A medida que caen cascadas de arena, se llena lentamente como un reloj de arena bajo el agua. Pero por ahora, todavía podemos admirar su belleza y estudiar sus muchos misterios.
Crédito: Pinterest
Fuente: Maravillas Naturales