Un gatito callejero enfrentó numerosos desafíos pero comenzó a prosperar gracias a quienes creyeron en él.
Un gatito fue llevado a un refugio de animales con muchos golpes en su contra. No podía abrir la boca debido a las heridas.
Un voluntario del refugio lo alimentó con una jeringa y trató de tratarlo con medicamentos, pero fue en vano. Necesitaba ver a un especialista, pero el refugio no tenía acceso a él.
Se acercaron a la comunidad de rescate y Marie, fundadora de One Cat at a Time, aceptó acogerlo después de enterarse de su difícil situación.
Con tan solo dos meses y medio, el gatito llamado Tom ya había consumido varias de sus nueve vidas. Después de horas de camino, finalmente llegó a su casa de acogida, donde lo esperaba un nuevo comienzo.
«Tenía el cráneo fracturado y la mandíbula rota en más de un lugar», compartió Marie. Tom había sido atacado por otro animal y abandonado. Sobrevivir a heridas tan graves fue nada menos que un milagro.
Gracias al gran apoyo del público, el rescate pudo brindarle a Tom la cirugía que necesitaba y que le cambió la vida. «Nuestro pequeño Tom es un gatito fuerte, un luchador. Es extraordinariamente resistente.»
La operación fue un desafío para un gatito tan pequeño, pero Tom salió adelante. Le extirparon parte de la mandíbula, lo que permitió que su boca se abriera y funcionara correctamente nuevamente.
«Tom tendrá la mandíbula torcida, pero podrá comer solo. Tendrá una calidad de vida mucho mejor. Después de todo lo que ha soportado, se merece una buena vida».
El día después de la cirugía, Tom estaba a cuatro patas, devorando un plato de comida como si no hubiera un mañana. «Esto lo significa todo. Era la primera vez en semanas que podía abrir la mandíbula y comer como un gatito normal».
Tom regresó a su hogar de acogida y, en unas pocas semanas, se convirtió en un gatito juguetón, bullicioso y sociable. Nada de su pasado podría apagar su amor por la vida.
«Puede que tenga algunas imperfecciones en su rostro, pero es perfecto a nuestros ojos, tenga la boca torcida o no.
Tres meses después de su rescate, el sueño de Tom se hizo realidad cuando una amorosa familia lo abrazó de todo corazón y lo recibió en su hogar.
«Ha estado con su nuevo padre y sus hermanos felinos durante sólo dos días, pero ya se siente como si siempre hubiera sido parte de sus vidas».
«Sabíamos que se adaptaría fácilmente. No tiene miedo. Ha dejado una huella en nuestros corazones», compartió Marie. «Tom llegó con nosotros con el cuerpo destrozado, pero su alegría por la vida seguía siendo inquebrantable. Era un gatito fuerte y resistente, un verdadero luchador.»
Ha encontrado un nuevo trono en el baño de su hogar definitivo.
A lo largo de este viaje, Marie y su equipo nunca dejaron de creer en él.
«Verlo comer como un gato normal por primera vez nos conmovió a todos. Ahora está viviendo la mejor vida que realmente se merece».
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