Los perros a menudo se consideran nuestros mejores amigos, pero esperen a los cachorros, porque un buzo japonés ha descubierto una amistad inusual y especial con un pez. Sí, has oído bien, una amistad sospechosa que te hará creer en los milagros submarinos. ¡Lea el artículo porque este dúo dinámico está haciendo olas!
La amistad bajo el agua es real.
Durante una de sus inmersiones hace más de 25 años, Hiroyuki Arakawa se encontró con Yoriko, un enigmático napoleón asiático. Su encuentro provocó una conexión notable, desafiando los límites entre los humanos y el reino acuático.
Desde su encuentro inicial, el vínculo entre Arakawa y Yoriko se convirtió en una amistad profunda y duradera. Cada vez que Arakawa se acerca al santuario, un simple toque en una pieza de metal convoca a Yoriko, quien rápidamente llega a su lado. En un video, se puede ver a Arakawa compartiendo un suave beso con su compañero acuático, un símbolo de su extraordinaria amistad.
Arakawa cuidó al pez pez cabeza de oveja hasta que recuperó la salud alimentándolo con cangrejos todos los días.
Para hacer las cosas aún más divertidas, nuestro aventurero amigo afirma que la criatura, llamada Yoriko, posee un rostro que recuerda inquietantemente a un ser humano, bueno, al menos desde un ángulo específico. Y aquí está la mejor parte: él jura que ella lo reconoce. Es como si compartieran una broma interna o un entendimiento secreto.
Continuó explicando: “Supongo que ella sabe que la salvé y que la ayudé cuando estaba gravemente herida. Creo que cualquiera puede llamar la atención de un animal alimentándolo”. Han pasado décadas desde los problemas de salud de Yoriko, pero está prosperando. Con información limitada sobre su vida útil, el napoleón asiático puede alcanzar los 3,2 pies.
Un estudio incluso reveló que los peces son capaces de reconocimiento facial.
En el estudio, se entrenó al pez arquero tropical para que reconociera rostros humanos escupiendo agua en imágenes seleccionadas en un monitor. Incluso cuando se enfrentaron a caras nuevas, eligieron con precisión la cara previamente aprendida, superando las expectativas.
Un investigador de la Universidad de Oxford dijo: «Los peces tienen un cerebro más simple que los humanos y carecen por completo de la sección del cerebro que los humanos usan para reconocer rostros». Sin embargo, numerosos peces exhiben comportamientos visuales notables, lo que los convierte en candidatos ideales para probar si los cerebros simples pueden realizar tareas complejas.
El mundo bajo las olas nunca deja de sorprendernos. Y solo por eso, hay superhumanos reales con la habilidad inusual de vivir prácticamente como peces. Estas personas podían imaginarse con confianza nadando 200 pies debajo de la superficie del océano por hasta 13 minutos. Resulta que estas habilidades no son simplemente el resultado de un entrenamiento dedicado.