Cuando se menciona la fotografía de bebés en cualquier parte del mundo, un nombre que a menudo surge es el de Anne Geddes. Este fotógrafo nacido en Australia, que actualmente reside en la ciudad de Nueva York, ha pasado más de tres décadas capturando innumerables fotos adorables e intrincadamente escenificadas de recién nacidos y niños pequeños. Su trabajo ha aparecido en todo el mundo en calendarios, tarjetas de felicitación y libros.
Geddes desarrolló un profundo amor por los libros para niños, reconociéndolos como una hermosa forma de arte que puede ser atesorada por generaciones. Durante el tiempo en que sus propias hijas tenían la edad de leer libros para niños, se sintió atraída por la idea de crear algo para sí misma después de años de fotografiar bebés y niños de dos años para sus clientes. Anhelaba una salida creativa donde pudiera explorar su propia visión sin restricciones.
Para mantener su cordura y cumplir sus deseos creativos, Geddes comenzó a dedicar un día al mes a crear algo exclusivamente para ella. Una de sus primeras y más icónicas imágenes fue la de un bebé acurrucado dentro de un repollo.
Esta imagen en blanco y negro, que muestra a un bebé llamado Joshua colgando de un gancho y envuelto en tela, cautivó a Geddes y le dio una sensación de libertad para expresar su propia visión artística. Esto marcó el inicio de su incursión en el género de la narración a través de fotografías.
Su historia de éxito comenzó con tarjetas de felicitación y calendarios, que condujeron a su exitoso libro, «Down in the Garden». Geddes incorporó puestas en escena y temas elaborados, inspirándose en varias ocasiones, como Navidad, el Día de San Valentín y el Día de la Madre y el Día del Padre.
Sin embargo, no tenía idea de cómo reaccionaría la gente ante su trabajo, como suele ser el caso de los artistas cuando crean algo verdaderamente personal.
Geddes, que se ve a sí misma como una narradora, optó por presentar “Down in the Garden” como un libro de cuentos para niños. En este libro mágico y encantador, sus diminutos modelos bebés retrataron hadas, gnomos, girasoles, nenúfares, ratones de campo, mariquitas y guisantes en una vaina. El éxito del libro se puede atribuir no solo a sus encantadoras imágenes, sino también al toque de humor adulto que resonó en una amplia audiencia.
Su viaje dio un giro inesperado cuando la invitaron a aparecer en el programa de Oprah Winfrey, que tenía un club de lectura dedicado. Aunque Geddes no estaba familiarizada con el programa ya que vivía en Nueva Zelanda en ese momento, la aparición resultó ser un punto de inflexión. Durante la entrevista, Oprah llevó a cabo dos bebés recién nacidos disfrazados de abejorros, y al final, recogió «Down in the Garden» y lo declaró el mejor libro de mesa de café del año. El libro se elevó rápidamente a la cima de la lista de libros más vendidos del New York Times, sorprendiendo a la propia Geddes.
Sin embargo, Geddes se sintió algo confinada dentro de ese género en particular después y se dio cuenta de que necesitaba demostrar su versatilidad. Su esposo, Kel, un gurú del marketing y ejecutivo de televisión, le aconsejó que guiara a su audiencia gradualmente. Entonces, su segundo libro sirvió como puente entre su trabajo anterior y su deseo de crear algo simple y puro. Presentó una mezcla de imágenes clásicas de «Down in the Garden» y algo de desnudez, lo que llevó a su lanzamiento en Europa, donde esta expresión artística es más aceptada.
Geddes describe el proceso de sus sesiones de fotos como la transformación de un espacio en blanco en un mundo de posibilidades. Ella elabora meticulosamente cada conjunto, dando vida a su visión, y luego lo desmantela una vez que se completa el rodaje. Esta sensación de control y el potencial para la creatividad es algo que aprecia, posiblemente influenciado por su naturaleza de Virgo.
Durante la primera década de su carrera, Geddes se centró principalmente en retratos privados de familias y niños, se mudó de Sydney a Melbourne y finalmente se instaló en Auckland, Nueva Zelanda. Su amor por los niños pequeños creció cuando se dio cuenta de su promesa y pureza inherentes. Capturando la belleza de