Esta semana, un grupo de asteroides importantes, incluidos dos clasificados como «potencialmente peligrosos» por la NASA, pasarán cerca de la órbita de la Tierra alrededor del sol. En nuestro sistema solar, hay millones de rocas espaciales rebeldes, y tres particularmente grandes volarán cerca de la Tierra. Sin embargo, no hay necesidad de preocuparse. La NASA estima que el asteroide más cercano seguirá pasando con seguridad por la Tierra a una cómoda distancia de 2,2 millones de millas (3,5 millones de kilómetros), que es aproximadamente 10 veces la distancia típica entre la Tierra y la Luna.
El 27 de febrero, el asteroide 2012 DK31 pasará por nuestro planeta a una distancia aproximada de 3 millones de millas (4,8 millones de kilómetros). Este asteroide cruza regularmente la órbita de la Tierra cada pocos años y se estima que tiene 450 pies (137 metros) de diámetro, aproximadamente el equivalente al ancho de un rascacielos de 40 pisos.
Si bien esta roca espacial no representa una amenaza inmediata para la Tierra, la NASA la clasifica como un asteroide potencialmente peligroso (PHA). Esta clasificación indica que el asteroide es lo suficientemente grande y orbita lo suficientemente cerca de la Tierra como para causar un daño significativo si su trayectoria cambiara y ocurriera una colisión. En general, cualquier asteroide que mida más de 450 pies de ancho y orbite a menos de 4,6 millones de millas (7,5 millones de kilómetros) de la Tierra se considera un PHA. Vale la pena señalar que la NASA ha mapeado la trayectoria de este asteroide durante los próximos 200 años y no se prevé que ocurran colisiones.
El martes 28 de febrero, otro asteroide potencialmente peligroso (PHA) de tamaño similar, que mide aproximadamente 450 pies de ancho, pasará por la órbita de la Tierra a una distancia de aproximadamente 2,2 millones de millas (3,5 millones de kilómetros). Este asteroide se conoce como 2006 BE55 y su órbita se cruza con la órbita de la Tierra cada cuatro o cinco años.
Por último, el viernes 3 de marzo, un asteroide con un diámetro de aproximadamente 76 metros (250 pies) pasará volando a una distancia de 5,3 millones de kilómetros (3,3 millones de millas). Este asteroide, llamado 2021 QW, no es lo suficientemente ancho como para ser clasificado como PHA, pero aún se acerca relativamente a la Tierra cada pocos años.
Los científicos monitorean de cerca las rocas espaciales que perderán nuestro planeta por millones de millas porque incluso pequeños cambios en sus trayectorias pueden potencialmente resultar en un curso de colisión directa con la Tierra. Factores como ser empujado por otro asteroide o influenciado por la gravedad de un planeta pueden alterar sus caminos.
Afortunadamente, los cálculos de la NASA nos aseguran que actualmente no hay asteroides conocidos en una trayectoria para impactar la Tierra dentro de los próximos 100 años. Sin embargo, en caso de que un gran asteroide represente una amenaza directa para nuestro planeta, los astrónomos están trabajando activamente en métodos para mitigar tales riesgos. La reciente misión Prueba de redirección de doble asteroide (DART) de la NASA ejemplifica esta motivación. Chocó intencionalmente una nave espacial contra un asteroide para alterar su velocidad orbital. Si bien la misión no destruyó el objetivo, demostró con éxito que los ataques directos con cohetes pueden modificar significativamente los parámetros orbitales de una roca espacial.