Enfrentando al depredador: el mafioso carnívoro más feroz del gélido océano austral
Mirando fijamente las mandíbulas de dientes afilados de una foca leopardo de 12 pies de largo, el fotógrafo Amos Nachoum se atrevió a acercar su lente peligrosamente para obtener la toma perfecta, plenamente consciente del peligro.
Capturar imágenes en la naturaleza no es una tarea fácil. El equipo de Nachoum se embarcó en un viaje de cuatro días desde Ushuaia, en la costa sur de Argentina, a bordo de un velero para llegar a la isla Plenue en la Antártida.
La temperatura del aire durante los días de verano es de alrededor de 10 grados centígrados, y la temperatura del agua desciende a menos un grado. Por lo tanto, tuvieron que usar el equipo de buceo adecuado para garantizar la seguridad térmica mientras buceaban durante aproximadamente una hora. Solo los buzos profesionales pueden realizar este tipo de inmersiones.
Sin embargo, además de los peligros de enfrentarse a la temperatura ambiental y la presión del agua al bucear a gran profundidad, los fotógrafos científicos también se enfrentan al peligro de la foca antártica. Este es el único mamífero que vive bajo el agua que es «sabio de guerra» contra los humanos.
“Los biólogos nos indicaron que no debemos invadir el espacio de las focas leopardo y provocarlas de ninguna manera”, dijo Nachoum.
Según Nachoum, “las focas leopardo son depredadores despiadados y silenciosos. Emboscan a sus presas esperando en silencio bajo los canales que corren a lo largo de la isla. Luego, atacan a sus presas, agarrándolas con sus poderosas mandíbulas. Uno de los comportamientos más familiares que he visto en el mundo de los animales salvajes es que las focas leopardo llevan a su presa a la superficie del agua y la sacuden hasta que se ablanda, y luego se la comen”.
Aunque Nachoum ha buceado con grandes tiburones blancos y ha fotografiado osos polares de cerca, su mayor temor es la foca leopardo.
“Los he visto arrojarse a las rocas entre una colonia de pingüinos e ignorar todo a su alrededor para atrapar a un pingüino objetivo. Actúan solos, de manera decisiva contra la presa elegida”, dijo Nachoum. Capturar imágenes de vida silvestre en su hábitat natural es una experiencia desafiante pero gratificante. Aún así, requiere conocimiento, habilidad y valentía para enfrentar los peligros que conlleva. Para Nachoum y su equipo, enfrentarse al depredador del Océano Austral fue solo otro desafío que tuvieron que superar para capturar la toma perfecta.